miércoles, 19 de septiembre de 2012

"La llar catalá"

Tenemos casa. Si, para los que estaban asustados (?), les contamos como siguió el asunto habitacional. Ese mismo día, luego del encuentro con nuestra amiga Julia, fuimos corriendo a buscar otro piso (acá no son departamentos ni apartamentos, son “pisos”, ocupen la porción que ocupen de la propiedad horizontal (?) ).

Hicimos dos llamados. El primero nos dijo que no alquilaba por 5 meses, como la mayoría. La segunda nos dijo que no hay problema en alquilarlo por ese plazo. Fuimos a verlo como locos de la emoción. Ejjhh. Que se yo. Servía. Normal, chico, medio oscuro, pero sirve. Lo miramos por todos lados buscando algún detalle definitorio, una ducha especial? Una vista deslumbrante? Algo que nos ayude? Hasta que el universo nos dio una señal: la dueña no tuvo mejor idea que contarnos sobre sus anteriores inquilinos, también argentinos, usando la dichosa frase “eran muy amables, uno no se daba cuenta que eran argentinos” #holaINADI.

Las vistas de Cerdanyola.
En fin, no nos convencimos del todo, pero de última: prefiero una xenófoba que una usurpadora (?). Empezamos a recorrer con el auto hasta que identifiqué una inmobiliaria con la que había intentado contactarme desde Buenos Aires, “Bona Sort” se llamaba, como su nombre lo indicaba: nos trajo buena suerte. Llegamos y un catalán, al que le resultaba imposible hablar en español, bastante pasado de copillas, nos atendió como si fuéramos los reyes de Catalunya (no sea cosa que nos trate como los reyes de España, nadie querría ser tratado así en Catalunya).

Le planteamos nuestro tema al amigo calatán: “buscamos un piso, por 5 meses. Hay?”. Dijo: “Haber, pues, hay. Yo les muestro lo que tengo, ustedes eligen, luego llamamos al dueño y le preguntamos si lo renta por 5 meses, vale?”. DALE GAS, AMIGO!. Agarró un manojo enorme de llaves de un cajón desordenado y salió a la calle, se cruzó a saludar a los del bar del frente, y nos dijo que lo sigamos. Paso acelerado, jeans medio desteñidos, totalmente despeinado. De vez en cuando frenaba y hablaba de Messi o del Barça.

Empezamos a caminar. Casi muero. El barrio se ponía cada vez más lindo, una peatonal con casitas antiguas, montañas de fondo, barcitos, calles finitas, arboladas. “Aquí es el primero”. Segundo piso por escalera. Entramos, Pablo y yo mudos. Era hermoso, enorme, bien amueblado, 3 ambientes, prolijo. Un divinor. Llegó el momento de rigor: “precio?”. Bastante menos que los de las impresentables. Pablo, contrario a sus medidas costumbres, se da vuelta y me hace una disimulada seña “firmo acá nomás”. BHAMOU.

A la vuelta de casa.
Para qué seguir? El caso es que vimos dos más, también hermosos, y un poco más caros. El último era lujo puro. 4 ambientes, tv, y bidet. Pero 100 euritos más. Cuánto vale un bidet en tu vida? Lo pensaste alguna vez?. Duro (?)

Luego de una dificultosa conversación por señas, Pabli y yo llegamos a un acuerdo: queremos el primero, pero si el dueño dice que no: el bidet sería la segunda opción. Fuimos directo a la inmobiliaria. El amigable catalán, que seguía negándose a hablar en español, hace las llamadas de rigor. Con gusto les diría que carajo habló con la gente, pero como fue en catalán obviamente no entendímos una goma. Con una breve sonrisa y un gesto se asentimiento nos alcanzó para atravesar las barreras idiomáticas: habemus hogar catalán.


Acá estamos. Carrer de les escoles (calle de las escuelas). Wifi robado. Cocina eléctrica. Sillón mecedor. Un bar abajo que hace un café que dios me libre. La peatonal a una cuadra. Divino.

Al otro día firmamos contrato y nos mudamos, justo cuando estábamos firmando escucho una voz de mujer que dice “Corina? Quien es Corina?”. Resulta que el día anterior me había olvidado el dni y jamás me di cuenta.  JE. Holis.

David es el dueño, catalán hasta la médula, un pibe de mi edad con una ex de José C Paz, hincha de river, fascinado con las Cataratas del Iguazú. Un copado.

El caso es que una vez mudados, nos pusimos a probar las cositas. Horno: check. Hornallas: check. Inodoro: check. Agua caliente: (…). “David, no andan las canillas, no sale agua.” “Pero como puede ser, hombre! hostia, ya mismo llamo a un plomero.” Hecho. El  plomero resultó ser un argentino, esta vez hincha de boca, a pesar de eso (?) nos arregló perfectamente nuestros caños. Todo anda como debería, un lujo.

Un montadito de chorizo para arrancar el día!
Como no teníamos vajilla, ese fin de semana tuvimos que comer todos los días afuera. QUE CAGADA, CHE! (?). El caso es que habría que estar al tanto de cuando juega el Barça, sino quizás no encuentres donde comer, o, si tuviste la suerte de encontrar alguna mesita, te prendan la tele y apaguen la luz apenas te traen tus canelones de verdura, como le pasó a una chica cuyo identidad no vamos a revelar (?).

Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallés
Ese finde nos la pasamos recorriendo Cerdanyola y tomando café en el barcito de debajo de casa: La Giralda, paradójicamente. Pasaron unos cuantos días hasta que nos tomamos el Renfe hasta plaza Catalunya, y un poco más hasta que nos tomamos el metro y a la salida nos sorprendió la Sagrada Familia. Ya veremos!


3 comentarios:

  1. Genial! Todo muy genial! (Me hago bien la sorprendida aunque ya sabía, vieron? jaja)
    Me quedó una dudita, el chori que se está clavando Pali, era en tren de desayuno!?

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    1. Es una pregunta difícil. Si nos levantamos al mediodía y salimos a comer, ¿es desayuno o almuerzo?

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  2. Extraño pedir en cualquier bar una Coca Cola (así, con su nombre compuesto, porque sino te miran raro) y que me inserten una rodaja de limón adentro ♥
    (soy Lulín, por si no consta)

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